jueves, 9 de junio de 2011

A ti que estás presente

Hace unos días que quiero hacer esta entrada, me siento delante del ordenador y las palabras se aprietan en mi cerebro, desordenadas, no quieren enfilarse en un discurso más o menos coherente. Será que me siento así cuando pienso en ti, una marea de sensaciones diversas, una verborrea mental ante lo inabarcable de la emoción.


...y además, te gusta el blues...


No voy a cantar la hermosura que encuentro en ti, eso es algo que no puedo hacer sin caer en la cursileria, o aún peor, en el intelectualismo pelotudo y frío. Es algo que no se puede decir, solo mostrar, y si tengo que mostrarlo, lo mejor es que haga silencio. El mismo silencio místico, infinitamente bello, en el que nos fundimos.

....el abrazo tras el amor, el querer callando....

Si creyese que el universo tiene algún tipo de fino e ininteligible plan, se lo achacaría a él, y el encontrarte no sería más que uno de los nodos de ese mapa perfecto. Pero tengo la certeza que no es así, de que bailamos con la casualidad y de que sólo si somos conscientes de la ausencia de orden, podemos sentirnos infinitamente enamorados de la fuerza que da vida a este caos. Por ello no doy las gracias a nada, ni a la vida ni al destino, sólo a nosotros dos, a la voluntad que se sobrepone y al amor decidido.

...porque al fin y al cabo, lo que quiero es caminar contigo el camino que vamos haciendo mientras hablamos, yacemos, callamos y crecemos....

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